La tensión durante los años setenta con la URSS y Corea del Norte hizo que el presidente Nixon se plantease hacer un ataque nuclear sobre el país asiático. Incluso se produjeron vuelos sobre el país de aviones cargados con bombas nucleares. Parece ser que muchas de estas órdenes las mandaba estando borracho, y a menudo era Kissinger el que le tenía que convencer de que decidir eso así no era una buena idea.
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