El examen de los relatos de la crucifixión permite comprobar su carácter extravagante. La supuesta falta de relación entre varios hombres crucificados por los romanos como un grupo, la casi total ausencia de información sobre los compañeros de Jesús en un momento tan crucial, su designación con términos incompatibles con el tipo de delitos al que se aplicó la crucifixión en Judea, la extrañeza del presunto maltrato verbal que sufre Jesús por parte de los compañeros de suplicio, las contradicciones entre los Sinópticos en lo relativo a estas injurias, así como las incongruencias en las declaraciones atribuidas a los crucificados son fenómenos que, en conjunto, impiden otorgar credibilidad a estos relatos.[…] La historia contada en los evangelios es, pues, el resultado de la edición de una historia más original sensiblemente distinta, y ha comportado el uso de varios procedimientos: la cancelación de información relevante, la alteración de otra y el añadido de buen número de elementos ficticios.
Fernando Bermejo Rubio, La invención de Jesús de Nazaret. Historia, ficción, historiografía.