La misión Galileo a Júpiter incluyó una sonda que se lanzó a la atmósfera de Júpiter. Debido a la mayor gravedad, la sonda atmosférica experimentó condiciones que ningún otro vehículo ha vuelto a encontrar: velocidades de entrada 7 veces más rápidas que las reentradas en la Tierra, temperaturas y flujos de aire enormemente más altos, y todo ello sin manera alguna de probar el sistema por completo en la Tierra. Cuando se acerca el 30 aniversario de la misión, Scott Manley repasa la ingeniería y los resultados científicos de la misión.
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