Cuando hace cosa de un lustro aparecieron numerosas empresas privadas chinas que ofertaban lanzadores de combustible sólido, en occidente se dio por sentado que estos cohetes eran versiones civiles de misiles balísticos cedidos por los militares chinos. Pero, como suele ocurrir, las cosas son un poco más complejas. Es indudable que en el caso de los dos grandes conglomerados estatales, CASC y CASIC, sus lanzadores sí están basados en misiles balísticos, más que nada porque ambos contratistas son los mismos que fabrican dichos misiles.