En cualquier caso es esencial entender que la falta de evidencia sobre posibles efectos adversos para la salud no es igual a la evidencia de que no exista ningún efecto. De la misma forma, es imposible demostrar la inocuidad del campo electromagnético, por lo que la pregunta que debemos hacernos no es si la radiación electromagnética es inocua para la salud si no bajo qué niveles la ciencia no ha encontrado ningún efecto nocivo y por tanto, a la luz del conocimiento científico, no producen efectos nocivos en la salud.