El azúcar, la sal, las harinas refinadas, el arroz blanco y la leche no pueden meterse en el mismo saco; cada uno tiene sus peculiaridades. “Ese mito resurge periódicamente y siempre genera mucha confusión porque mezcla terminología científica con mentiras y verdades a medias”, afirma Miguel Angel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autor del libro Que no te líen con la comida.