Su rápido fortalecimiento, que ocurrió en menos de 12 horas, dejó desconcertados a los científicos, y provocó que la población tuviese menos tiempo para prepararse antes de su llegada. Logró fortalecerse porque se encontró con una zona de aguas oceánicas altamente cálidas, que rondaban los 31°C de temperatura.
Ese calor del océano, que funciona como combustible para los huracanes, es atribuido por los meteorólogos a diversos factores, como el fenómeno de El Niño
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