Varios estudios han sugerido que los hábitats urbanos podrían favorecer a las especies con cerebros relativamente más grandes, en proporción al tamaño corporal. De esta forma, dicho rasgo les permite tener comportamientos más flexibles, logrando así adaptarse a la frenética vida en las ciudades. Este fenómeno se ha observado especialmente en aves.
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Vamos, por la basura, como las otras gaviotas que vienen del mar. De hecho la gaviota mayor viene de Galicia, como otra gaviota mayor anterior.
Al menos en las ciudades comen de nuestra basura.