La COVID-19 puede ser un factor de riesgo para la esclerosis múltiple (EM). Así lo ha demostrado una nueva investigación de la Universidad de Örebro y el Hospital de Örebro (Suecia).“Observamos un mayor riesgo de EM entre las personas que habían tenido una COVID-19 grave. Sin embargo, solo una cantidad extremadamente pequeña de personas que habían tenido una COVID-19 grave recibieron un diagnóstico posterior de EM”
academic.oup.com/braincomms/article/6/6/fcae406/7909395
Se espera que la investigación permita un diagnóstico más temprano de EM entre los afectados para que puedan recibir tratamiento antes del desarrollo de una enfermedad más avanzada.
“Como la mayoría de las personas infectadas no desarrollarán enfermedades como la esclerosis múltiple, no deben preocuparse. Sin embargo, las personas que presenten síntomas deben consultar a un médico. Cuanto antes se trate a los pacientes con esclerosis múltiple, mejor calidad de vida tendrán, porque los tratamientos retrasan el empeoramiento de la enfermedad”, afirma Scott
Pero desde el principio la decisión más lógica y de menor riesgo era la vacuna. Ha día de hoy el que no se vacuna no tiene ninguna razón científica para no hacerlo, pero...