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Crecer en un barrio con contaminación, crecer en un barrio con aire limpio

Cuando Belén Hinarejos fue a hacerse en 2005 su primera ecografía de embarazo, la de las 12 semanas de gestación, una enfermera en el Centro de Atención Primaria de San Félix en Sabadell le propuso formar parte de una investigación. Así fue cómo empezó el seguimiento científico del desarrollo de su hijo, Roger. Entonces era un feto de apenas unos gramos, pero hoy está a punto de cumplir 15 años y las pruebas continúan. Ambos forman parte de las más de 3.700 madres y 3.700 hijos monitoreados en siete áreas del país dentro del proyecto INMA.

| etiquetas: investigacion , contaminacion , inma
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Doy fe. Vivo en una calle peaonal, con parques, jardines, adolescentes tocapelotas y mosquitos y mi hijo nació pesando 4,5kg

Como lea este artículo mi mujer nos mudamos a un bajo del centro.
Si alguien quiere ampliar información, la web oficial del proyecto INMA: www.proyectoinma.org/
Iros a vivir a un pueblo, casas más baratas y menos contaminación.
El autor del artículo no tiene hijos o los tuvo hace muchos años.

Al mismo tiempo, en las ecografías de embarazo, también se empezaron a tomar medidas del hijo que llevaba dentro, como el tamaño de la cabeza, el fémur o el peso
#4 No veo el problema en esa frase, sinceramente.
#5 Tampoco tienes hijos.
#6 Si, uno. Y en las ecos tomaron medidas aproximadas de todo, incluyendo estimaciones del peso.
#7 Pues ya está.

El peso, el fémur y el diámetro de la cabeza los miden en todas las ecografías prenatales, sin importar si participas en un estudio o no.

Porque tal como lo explica, parece que sea algo extraordinario.
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