Los registros en algunos de los sismómetros proporcionan magníficas evidencias de la deformación del suelo generada por el paso de la onda de presión provocada por la erupción volcánica. Dos ejemplos son el instalado en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (Huesca) o la estación sísmica del Instituto Cartográfico de Cataluña en Ós de Balaguer (Lleida). Estas estaciones sísmicas, ambas ubicadas en los Pirineos, se encuentran a unos 17 000 kilómetros del volcán, relativamente cerca de su punto antipodal, situado en el sur de Argelia.
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