Los niños cuyas madres experimentaron mayor exposición al dióxido de nitrógeno (NO2) durante el embarazo (y, particularmente, durante el primer y el segundo trimestre) tenían mayores probabilidades de desarrollar problemas conductuales.
Los mismos investigadores también reportaron que las mayores exposiciones a la polución de partículas pequeñas (PM2.5) entre las edades de 2 y 4 años se relacionaban con un mayor riesgo de problemas conductuales y cognitivos en el futuro.
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