Hemos tenido suerte: la Tierra es el único planeta del sistema solar con las características adecuadas para que surgiese la vida, tal y como la conocemos. Entre ellas, su tamaño. Si fuese mucho mayor, como Júpiter, la densidad atmosférica sería tan alta que impediría la llegada a su superficie de la luz solar, fuente fundamental de energía para los seres vivos. Un tamaño inferior, como Marte, supondría no ejercer suficiente atracción gravitatoria para retener una atmósfera y una hidrosfera que los organismos enriquecerían luego en oxígeno.
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Tener atmósfera o no depende de muchos factores, por ejemplo con tener un campo electromagnético que desvíe el viento solar, tener una geología que emita muchos gases o no, tener un cuerpo cercano que pueda arrancar gases...
Venus o Titán tienen atmósferas más densas que la tierra siendo menos masivos.
Menéame, ya no eres lo que nunca fuiste.