Que la realidad no nos estropee unos cuantos clicks. No se estudia en la facultad de periodismo, pero desde hace unos años se ha convertido en el grito de guerra de muchas redacciones. Y no vale mirar para otro lado, que aquí todos hemos jugado a esto, con mayor o menor elegancia, alguna vez. El sistema es muy sencillo. Lees la tontería del día en redes. Cruzas los dedos para que sea verdad, porque pinta a historia fácil, jugosa y con potencial de audiencia, de esas que resuelves en 5 minutos y moverá público. Pero luego resulta que no es lo que parece. Puede que no sea verdad, que sea algo muy viejo o que, sencillamente, haga falta hacer muchos malabarismos para plantearlo como ya lo soñabas en tu cabeza.