Con la llegada del día de las elecciones, el alcalde de un pequeño pueblo al este de Moscú, estaba en pánico, se presentaba a la reelección sin oposición. En una democracia occidental, esto no necesariamente haría saltar las alarmas, pero en Rusia, donde las elecciones están amañadas y lo fundamental es crear la ilusión de una elección democrática el Sr. Loktev necesitaba un oponente. Cuando encontró a una tal Marina Udgodskaya, que limpiaba el ayuntamiento, pensó que sus problemas habían terminado. Pero entonces ella ganó.
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