En la “calle” no faltan quienes piensan que los presos por el hecho de estar recluidos en un centro penitenciario pierden todos sus derechos y, por supuesto, el derecho de sufragio activo y pasivo. Sin embargo, esta es una idea errónea que de ser así atentaría contra la Constitución y, lo que es más importante, igualaría a las normas de convivencia de una sociedad democrática con el comportamiento de los delincuentes.