Rokhaya D., 42 años, llegó a Huesca hace una década desde Senegal con su marido de quien se separaría más tarde y sobre quien pediría una orden de alejamiento por malos tratos en el año 2013. Pasaron cinco años y ella seguía viviendo con sus dos hijos, de 3 y 8 años, en la localidad de Monzón. Los niños estaban en la casa con su madre pero a él no le importó lo más mínimo y la asesinó a puñaladas. Rokhaya trabajaba como brigada forestal. Relacionada
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