La estrategia de celebrar las subastas online es muy simple: si los postores son anónimos y nadie sabe quién está al otro lado del teclado enviando sus pujas (y fastidiándote el negocio), cómo vas a convencerle de que deje de pujar a cambio de darle una gratificación. Creedme, hoy ya no es posible. Algunos de los antiguos subasteros se han devanado los sesos diseñando diferentes métodos para seguir poniendo el cazo a los postores de las subastas más jugosas, pero ese método no existe.
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