En la boyante industria que intensifica nuestra era de irrealidad hay empresas clandestinas que difunden falsedades y agentes a sueldo que interfieren en procesos electorales. En mayo, varios influentes de redes sociales franceses y alemanes recibieron una extraña propuesta. Una agencia de relaciones públicas con sede en Londres quería pagarles para promover mensajes en nombre de un cliente. Un documento pulcro de tres páginas detallaba qué decir y en cuáles plataformas decirlo.
|
etiquetas: desinformación por encargo , falsedad