El pasado martes, hacia las once de la noche, fue la última vez que Antonio Mayán Costa, de 31 años y vecino de Carnota, tuvo contacto con su familia desde su hotel en Francia. Trabajaba como técnico para una empresa eólica de Luxemburgo y, conjuntamente con otros operarios, había llegado ese día a Harfleur, en la alta Normandía, para encargarse de un parque. Al día siguiente ya no acudió a su puesto, pero nadie supo nada de su paradero hasta la mañana del viernes, cuando uno de sus compañeros reconoció el cadáver que yacía en el depósito
|
etiquetas: harfleur , francia , atraco mortal