Carlos junto con otra de las hermanas acudió este jueves a la vivienda de la familia a recoger el gato. Con una serenidad aplastante y un aplomo difícil de describir, el hombre arrancó la conversación advirtiendo de que su cuñado era "una muy buena persona, un buen marido y un excelente padre". ¿Y entonces? "Arrastraba desde hacía tiempo una depresión profunda de la que nadie le supo sacar. Una patología que le metió en un infierno al que arrastró a mi hermana y a mis sobrinos", dice.
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