Las heridas sufridas en caídas, accidentes de tráfico, incendios y otros percances por una persona cuando está borracha tardan mucho más en curarse. El alcohol aumenta el riesgo de infecciones en el hospital, incluyendo infecciones quirúrgicas. Los pacientes que han consumido mucho alcohol y que sufren infecciones quirúrgicas permanecen hospitalizados el doble de tiempo, tienen una mayor tasa de readmisión en el hospital y cuentan con el doble de probabilidades de morir, en comparación con los pacientes en igual situación pero que no beben.
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