En julio me inscribí en dos aplicaciones basadas en la idea de que la buena comida nunca debe desperdiciarse. Conectan a personas como yo con tiendas de comestibles a punto de tirar comida a la basura. En lugar de eso, los consigo por una fracción del precio. Escéptico, hice mis pedidos. Dos días más tarde, había rescatado del vertedero una enorme caja de productos, pasteles de lujo de una cafetería y una cena entera de arroz nepalí y chili. Me fui bien alimentado y convencido de que una nueva generación de apps puede evitar el despilfarro.
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etiquetas: comida , alimentación familia , basura , capitalismo
Menos mal que no le doy a las drogas, porque... joder.
Ah, espera. Era un pedo.
Aprovechad ahora, que luego subirán los precios y si no podéis comer ... es el mercado amijos. Y si no vivis es sitios grandes donde se pueda hacer esto ... es que no os habéis esforzado lo suficiente. A hacer burpees a las cuatro de la mañana.
En cuanto a la mía (ahora hablo de la niña) tiene 5 años, y sé que tendrá berrinches hasta que se muera, la única salida es que se eche pareja y se los coma él/ella.
Los gatos comen 7 veces al día, tres de comida húmeda, 4 de pienso. Alimañas sobrealimentados que dice mi marido.