Según los informes, un equipo de la CIA dejó "material explosivo para cursos de formación" que se había utilizado en un ejercicio de entrenamiento, bajo el capó de un autobús escolar en Virginia. Ese autobús, del condado de Loudoun, llevó a diario estudiantes de escuelas primarias y secundarias de casa a la escuela con los materiales explosivos escondidos en el compartimiento del motor. funcionarios de la CIA posteriormente alegaron que el material "no representa un peligro para los pasajeros del autobús."
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