Parece cada vez más claro que las banderas y la demagogia han sustituido al raciocinio y al debate de ideas en la política española. Tras el desastre de la aventura procesista, las encuestas indican que a Ciudadanos le funciona, a ambos lados del Ebro, su discurso centrado en la división y el antagonismo y en una defensa de la nación española basada en la sola oposición al independentismo. Preocupa que esta ausencia de proyecto positivo de país tenga éxito, réditos electorales y capacidad para marcar la agenda pública, pues va a afectar, ..
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