Cuando se supo la desaparición de su esposa embarazada y sus dos hijas, Christopher Watts salió en la televisión de Colorado, Estados Unidos, pidiendo a quien las tuviera que las devolviera a salvo. Días después, en agosto pasado, la policía lo arrestó como sospechoso y Watts acabó confesando que había matado a la mujer y a las niñas. Lejos de causar rechazo absoluto, al ir a la cárcel Christopher Watts empezó a recibir cartas de amor de decenas de mujeres de EE.UU.
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