En sus últimos meses con vida, Naiara Valentina Abi Briones Benítez no estaba sacando buenas notas. Había bajado su rendimiento en la escuela, y por eso su madre y el padrastro de la niña de ocho años de edad decidieron que pasaría una temporada en casa de la abuela, en Sabiñánigo (Huesca) para que así estudiase durante los meses de verano. En sus últimos días con vida, sus rodillas estuvieron apoyadas durante horas sobre gravilla porque así lo quiso su tío político.
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