Autonomías, empresas y agentes implicados en las negociaciones para el reparto de los fondos planificados por la Unión Europea han acogido con cierto desconcierto el Plan de Recuperación presentado este pasado martes por el presidente del Gobierno. No porque el paquete de líneas estratégicas y reformas clave para que Bruselas abra el grifo de los 140.000 millones de euros sea muy distinto al ya conocido hasta ahora, sino porque a la hoja de ruta que marcará las políticas públicas del próximo trienio le faltan todavía elementos por concretar.
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