¿Qué te había hecho yo?

Atravesaste mi vida

del uno al otro pasillo

ensañándote en portazos

como un niño airado de dudas

que calcula su castigo

y acumula resentimiento

para los días por venir,

como una muchacha

que se mira en el espejo 

y se ve fea

antes de la fiesta del colegio.

¿Qué te había hecho yo?

Nada.

A lo mejor fue por eso.