La belleza de la palabra
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Risa y sonrisa

Cuando me hablan de felicidad siempre hablo de sonrisas, palabra inmensa la primera pequeña coda la segunda, apéndice involuntario, fuera de moda. La segunda. Incluso una risa o risotada involuntaria, placer real y físico. Felicidad, palabra torcida llevada al extremo sin aparente baremo. Sonrisa, franca y sin dobleces. Risa, escapada mental que barrunta la risotada. Risotada, incontinencia feliz. Felicidad, palabra truncada sin contenido aparente. Ampulosa y vacía.   ContinuumST. Enero 2001  
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Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardíacos…
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Marga Clark: tres poemas

Marga Clark: tres poemas

Marga Clark es una estupenda fotógrafa y un meticulosa poeta. Acaba de publicar ’Olvidada de mí’ y ha tenido la cortesía de enviarme tres poemas. El libro se presentará en Madrid próximamente en compañía de Ángel Guinda. Marga, que debe su nombre a su tía Marga Gil Röesset, aquella escultora y pintora que se suicidó por amor a Juan Ramón Jiménez, y le dedicó una hermoso libro: ’Amarga luz’. La crónica de una revelación, de una sensibilidad, de un destino trágico.
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Más verdad que la vida

En ese lugar lleno de barro de miedo y anestesia a bocajarro. En lugares distantes manchados de sangre al instante, rima perdida para mentes heridas. Vida. Tu vida, latidos que valen poco. Coge el fusil, anuda las botas antes de ser un cadáver entre el barro inerte. La guerra, esa constante mentira que es más verdad que la vida. ContinuumST 1999.
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¿Qué es delito?

¿Qué es delito? Es la sangre convertida en mito, es la puerta abierta del que implora, es la carne saciando su apetito cuando otra carne devora; es la risa de los hombres  mientras la ley llora. Feindesland. 1994.
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Cárcel de sombras

Fue una noche de lunes de oscuridad sin luna, y ni un sólo reproche de tu boca oportuna. El azahar olía a odio, el magnolio a tristeza, las azaleas penaban solas. Las rejas de tu ventana cárcel de sombras en la calle. Pasé de largo, tan de largo que olvidé quién vivía allí. Fue un lunes de noche, de oscuridad sin luna y sombras de olvido. (ContinuumST. Mayo 2012.)
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Las cosas

El bastón, las monedas, el llavero, la dócil cerradura, las tardías notas que no leerán los pocos días que me quedan, los naipes y el tablero, un libro y en sus páginas la ajada violeta, monumento de una tarde sin duda inolvidable y ya olvidada, el rojo espejo occidental en que arde una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas, láminas, umbrales, atlas, copas, clavos, nos sirven como tácitos esclavos, ciegas y extrañamente sigilosas! Durarán más allá de nuestro olvido; no sabrán nunca que nos...
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Yo voy soñando caminos

Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... -la tarde cayendo está-. "En el corazón tenía "la espina de una pasión; "logré arrancármela un día: "ya no siento el corazón". Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos …
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sin título: un poema de Marina Tsvetaeva

А следующий раз — глухонемая Приду на свет, где всем свой стих дарю, свой слух дарю. Ведь всё равно — …
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Memorándum

Uno llegar e incorporarse el día Dos respirar para subir la cuesta Tres no jugarse en una sola apuesta Cuatro escapar de la melancolía Cinco aprender la nueva geografía Seis no quedarse nunca sin la siesta Siete el futuro no será una fiesta Y ocho no amilanarse todavía Nueve vaya a saber quién es el fuerte Diez no dejar que la paciencia ceda Once cuidarse de la buena suerte Doce guardar la última moneda Trece no tutearse con la muerte Catorce disfrutar mientras se pueda. Mario Benedetti
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Aproximación a los haikus

La noche ha caido Suena la lluvia Brilla la chimenea
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Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935)

A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida a las cinco de la tarde. Lo demás era muerte y sólo muerte a las cinco de la tarde. El viento se llevó los algodones a las cinco de la tarde. Y el óxido sembró cristal y níquel a las cinco de la tarde. Ya luchan la paloma y el leopardo a las cinco de la tarde. Y un muslo con un asta desolada a las …
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Soneto LXXXV

Quien dice que la ausencia causa olvido merece ser de todos olvidado. El verdadero y firme enamorado está, cuando está ausente, más perdido. Aviva la memoria su sentido; la soledad levanta su cuidado; hallarse de su bien tan apartado hace su desear más encendido. No sanan las heridas en él dadas, aunque cese el mirar que las causó, si quedan en el alma confirmadas, que si uno está con muchas cuchilladas, porque huya de quien lo acuchilló no por eso serán mejor curadas. Juan Boscán
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A la sombra de mi sombra

A la sombra de mi sombra me estoy haciendo un sombrero; sombrero de largas pajas que he recogido del suelo. Lo haré con el ala ancha, que casi llegue hasta el cielo pa' muchas veces no ver las cosas que ver no quiero. No quiero ver injusticias ni miserias; no quiero ver militares ni princesas; no quiero ver dictaduras ni pobrezas; no quier ver religiones ricas, ni reinas. Que sólo quiero yo ver a los pobres sin miseria; a los ricos sin dinero desnudos en esta tierra; a infinitos corazones unidos por el amor y unidos contra la guerra. A la sombra de mi sombra ...
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La renuncia

He renunciado a ti. No era posible Fueron vapores de la fantasía; son ficciones que a veces dan a lo inaccesible una proximidad de lejanía.  Yo me quedé mirando cómo el río se iba poniendo encinta de la estrella... hundí mis manos locas hacia ella y supe que la estrella estaba arriba... He renunciado a ti, serenamente, como renuncia a Dios el delincuente; he renunciado a ti como el mendigo que no se deja ver del viejo amigo; Como el que ve partir grandes navíos…
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Haiku 9. Paracaídas

Paracaídas abiertos sobre la luna: muerte de pluma
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Haiku 8...

Cómo disfrutan en un bando y en otro los asesinos. Mario Benedetti (Rincón de haikus)
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Haiku 7....

Frontera plena de contrabando: la de la edad.
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Haiku 6...

Ya nos reímos con risas de mañana: teme a esa deuda.
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Haiku 5...

Sé coherente como cualquier condena equivocada.
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Los arcoíris de aceite

Los arcoíris de aceite devanan sus laberintos de porfiadas imposturas arrecidos de tormentas como flores venenosas  que Baudelaire olvidó, y en el nácar de tus huesos ensayan bajorrelieves preñados de maldiciones como misterios guardados para las piedras rosetas  de algún nuevo Champolión. No me preguntes por qué. Pregúntate por qué no.
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Haikus 2 al 4

2. Toda mi vida se traza con ausencias: bajorrelieves. 3. Me abandonaste: no jugaremos juntos en el cadalso. 4. Las espirales dibujan laberintos para indecisos
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Amor Eterno, de Gustavo Adolfo Becquer

“Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal. ¡todo sucederá! Podrá la muerte Cubrirme con su fúnebre crespón; Pero jamás en mí podrá apagarse La llama de tu amor.” Becquer
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Haiku 1...

Reptan despacio caracoles fakires sobre los cardos.
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Ante el otro

Y era todo simpatía.  Todo amigos guapos,  bien peinados,  relucientes en sus trajes de domingo.  Era todo admiración,  cuidadosa sensatez,  cortesía repetida  en mil parecidos lances,  cortesía que de usada  entre bostezos aflora,  cortesía funcional y funcionaria  que a la postre le funciona.  Era todo urbanidad,  correcta moderación,  templanza bien fundida  en moldes de …
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menéame