Salvo que aparezca una nueva variante, muy contagiosa, que evada la inmunidad causada por ómicron u otras variantes en la población que ha pasado la enfermedad, la acción de las vacunas, y que cause cuadros graves en esos colectivos, la crisis ha terminado por completo. Madrid o el Reino Unido han sido la prueba de que, con mínimas intervenciones, los hospitales han aguantado el empuje de este tsunami de casos sin grandes problemas.