En 1675 el rey de Prusia Federico I fundó el regimiento más alto de todos los tiempos, los “Gigantes de Potsdam”, una unidad del ejército prusiano al que sólo podían ingresar los soldados de más de 1,88 metros de estatura, una media altísima para los estándares actuales y mucho más para los del siglo XVII. Para hacerse una idea, el propio rey Federico medía 1,60 metros, lo que tal vez explique su obsesión por rodearse de un batallón de gigantes que, por cierto, jamás entró en combate en sus 130 años de existencia.