Los movimientos evangélicos han aumentado su influencia en la política de América Latina. En Brasil representan casi un tercio de la población. Los fieles pentecostales y neopentecostales le confiaron a Bolsonaro su voto y tras una intensa campaña de sus líderes, la adhesión llegó al 46%. (...) El fenómeno de un militar ultraderechista convalidado por el voto de 49 millones de brasileños, con otro militar golpista y fascista de vice en la fórmula, apoyado por las iglesias neopencostales, es inédito. Y muy preocupante para la democracia