Un efecto no pretendido del movimiento Me Too: tras él, la productividad investigadora de las mujeres (área Economía, datos EEUU) disminuyó al reducirse el número de colaboraciones con hombres, debido a que el coste de colaborar entre hombres y mujeres aumentó. De hecho, las investigadoras jóvenes no compensan la pérdida en proyectos con hombres colaborando más con otras mujeres o trabajando en solitario, mientras que los hombres sí las compensan colaborando más con otros hombres. Así, los hombres no pierden proyectos, en general.