La secuencia, trágicamente familiar en Estados Unidos, fue la acostumbrada. Primero se supo que había un tipo armado en Lewiston, segunda ciudad más poblada del pequeño Estado de Maine, al noreste del país. Después, que había actuado en “múltiples escenarios”, que al final resultaron ser dos: una bolera y un restaurante. Luego la policía informó de “varias víctimas”, sin dar más detalles, y de que el sospechoso estaba a la fuga y “activo”.