La Ciudad Condal, que antaño fue un referente español y europeo en libertad y modernidad, se ha transformado, con el curso de los años, en una ciudad decadente desde el punto de vista económico y cultural. Un declive propiciado no sólo por el independentismo sino también por el activismo demagógico que la inane Ada Colau practica desde la corporación municipal. Las consecuencias de su infame gestión han sumido a la capital catalana en la inseguridad y en la miseria.