El cazador que tenía en su finca 23 perros de caza muertos, en bolsas y enterrados, Faustino L. P., deberá pagar una multa de 19.080 euros. También perderá su licencia de cazador y no podrá tener animales durante cinco años. El hombre poseía otros 33 perros vivos, pero estaban "atados con cadenas y grilletes, con agua putrefacta y sin ningún alimento", según denunciaron las asociaciones Fundación Altarriba y la ONG Defensa Animals Rescue (DAR). Algunos animales, además, sufrían lesiones en la piel y presentaban heridas abiertas.