Si realmente estamos ante la peor clase política de las últimas décadas, como afirma Feijóo, mucho de ello se debe a la influencia y acciones de Ayuso, Serrano y Rodríguez. El Partido Popular, al mimetizarse con posturas ultras y abandonarse a discursos extremos, no solo se aleja de su base tradicional, sino que también compromete su viabilidad futura como fuerza política moderada y responsable, algo que posiblemente nunca ha sido.