¿Cómo entonces, si ni la propia promotora de la 'ley trans' es capaz de definir qué es una mujer, puede afirmar que “las mujeres trans son mujeres”? Pues porque la transexualidad es una ficción legal. Digo transexualidad, porque en el ordenamiento jurídico lo que se cambia es el sexo, aunque todo el mundo sabe, Irene Montero incluida, que eso es imposible. Llamamos ficción legal a una “técnica jurídica que consiste en atribuir a determinadas personas o cosas una condición que no poseen para poder otorgarles determinados beneficios”.