Cada Fiesta Mayor de Invierno -similar a la fiesta patronal de verano pero en temporada invernal- un equipo de curling de Barcelona acude al pantano de Vallvidrera y lanza una piedra al agua para ver si está congelada y pueden jugar al curling. Supuestamente llevan casi 500 años haciéndolo -dicen que la fundación del club data de 1541 aunque los primeros registros son de 2018- y aún no han podido debutar en casa.

El equipo español mixto de curling consiguió este sábado la medalla de plata en los Campeonatos de Mundo disputados en Aberdeen (Escocia), tras perder la final contra Suecia por 8-2, con lo que iguala su mejor resultado en la competición logrado en 2018. Los españoles se adelantaron en el primer "end", pero los suecos dominaron en los dos siguientes y fueron superiores hasta el final para hacerse con el oro, después de haber eliminado en semifinales a Canadá, defensor del título, al que derrotaron por 7-4.

Envidiando a los pobres, Rafael Curling, un multimillonario español, ha convocado a la prensa para explicar que, según sus cálculos, ser multimillonario no sale a cuenta. «En este país se penaliza el éxito y, al final, tener incontable dinero en el banco es más una desventaja que otra cosa», ha explicado. «Si ganas un millón de euros al año, la mitad se la queda Hacienda y se te queda en 500.000. Para eso, mejor ganar solo 30.000 al año», ha argumentado. «Quizá en otros países o con otros gobiernos salga a cuenta la riqueza, pero aquí no.»

El curling tiene un pequeño secreto: no importa si sus practicantes son canadienses, noruegos o coreanos las piedras que utilizan tienen todas un único origen: el monopolio minero más extraño del mundo. Todas las piedras usadas para practicar curling provienen del mismo lugar, una pequeña isla desierta de la costa escocesa llamada Ailsa Craig; poco más que un peñasco en pleno Fiordo de Clyde. La composición del magma y su lento enfriamiento dan al granito verde de Ailsa Craig unas propiedades únicas como un agarre especial en el hielo.

Se cree que el curling se originó en Escocia durante la Baja Edad Media, aunque el primer testimonio material existente es una piedra fechada en 1511. En cualquier caso lo que nos interesa aquí no es el propio juego sino las piedras. Porque todas las piedras de curling tienen unas características que las hacen muy especiales, empezando por su procedencia. Al menos desde mediados del siglo XIX y hasta la actualidad todas las piedras utilizadas en este deporte proceden únicamente de dos lugares. Hablaremos de uno de ellos, la isla de Ailsa Craig.

El canadiense Brad Jacobs y el danés Rasmus Stjerne no soportan las bromas de las que es objeto el curling cada vez que hay unos Juegos Olímpicos de Invierno y aseguran que han preparado los de Sochi como atletas de alto nivel. Cada cuatro años, coincidiendo con la gran cita, el curling sale de su relativo anonimato, no forzosamente por buenas razones, al convertirse en el objetivo preferido de los bromistas, que se mofan de estos hombres y mujeres equipados con escobas y que practican una especie de petanca sobre hielo...