Claro está, si los altos mandos son corruptos, los mandos intermedios también intentan exprimir la gran ubre. Así, a nadie le extraña la gran cantidad de empresas unipersonales que ganan cada concurso aparecido en el BOE y que se llevan 20.000 euritos por aquí o 30.000 por allá por prestar tal o cual servicio, en muchos casos beneficiándose de procedimientos sin publicidad. Luego, cuando se investiga, resulta que la empresa pertenece al cuñado de un comandante, al hermano de un brigada o al hijo de un subteniente que se lo lleva crudo por hacer