En su primera gestión al frente del Real Madrid, Florentino Pérez demostró su capacidad empresarial, sacó al club de la bancarrota y lo instaló en la prosperidad. Y todo esto lo digo yo, que soy como Dios manda del Athletic de Bilbao, el único equipo de relieve en el que juegan once españoles, el club que nunca ha descendido a Segunda División, que, mientras el dinero no se había convertido en el jugador estrella, acumuló los mejores resultados y que vertebró el fútbol español con la delantera de fuego.