La madrugada del 7 al 8 de noviembre de 1967 tres jóvenes de Zugarramurdi conducían unos terneros por el monte con el objetivo de pasarlos a Iparralde. El contrabando era habitual, algo que ayudaba a las familias a sobrevivir o a poder vivir mejor. Era una noche de luna llena, y poco antes de las 3.00 horas los jóvenes se vieron sorprendidos por una patrulla de la Guardia Civil.

El inquisidor asegura que las acusaciones contra las supuestas brujas estaban basadas en falsos testimonios obtenidos bajo coacción, y relata el caso de una mujer que se suicidó arrepentida tras haber delatado falsamente a una de las condenadas, o el de otra, en el pueblo de Elizondo, que confesó ser bruja para librarse del cepo al que los vecinos la habían atado durante 15 días. “He tenido y tengo por muy más que cierto que no ha pasado nada real de todos los actos deducidos aquí”, y añade: “No he hallado certidumbre ni indicios de los que se

Ocho vecinos de Zugarramurdi, aunque se teme que puedan ser más conforme pasen los días y les lleguen a otros las notificaciones, han sido multados con 450 euros cada uno por tomar parte en una reunión no autorizada ya que superaba el número de 20 personas, lo que ellos desconocían. Los hechos ocurrieron hace ya siete meses, el día 23 de febrero, cuando Atxuri, el club de montaña local, festejaba su decimoquinto aniversario y los 3.000 kilómetros recorridos.