Tras cuatro años de grado, dos másters, sucesivas becas de colaboración y de investigación, matrículas de honor, publicaciones en revistas indexadas, prácticas externas, cursos y ponencias, me han denegado por segunda vez la financiación que necesito para realizar la tesis doctoral. No voy a volver a intentarlo. No merece la pena una vida de producción científica agotadora, realizando la tesis sin remuneración, llamando a una puerta que no se abre.