Tras 62 años desaparecido en las gélidas aguas, un equipo de buceadores ha encontrado el barco en el que murió el famoso explorador polar Ernst Shackleton, el Quest. Se trata del último navío en el que viajó Shackleton, ya que murió en él debido a un ataque cardíaco a los 47 años. Pese a ello, este barco de vapor con goleta continuó navegando durante décadas gracias a multitud de exploradores, la mayoría siguiendo los pasos del anglo-irlandés, aunque acabó hundiéndose durante un viaje de caza de focas en 1962.
Una misión organizada por el Falklands Maritime Heritage Trust y protagonizada por el rompehielos científico S. A. Agulhas II encontró el 9 de marzo de 2022 en las profundidades del mar de Weddell el Endurance, el mítico buque de la Expedición Imperial Transantártica (1914–1917) comandada por sir Ernest Shackleton, 107 años después de que el buque se hundiera tras quedar atrapado en el hielo.
A bordo del mítico Endurance en su fallido intento de conquistar el Polo Sur, había más animales que humanos: 28 hombres y 69 perros. Y aunque en principio estaban solo destinados a tirar de los trineos, acabaron jugando un papel clave en la expedición: el de amigos. Ellos contribuyeron casi tanto como Shackleton a convertir aquel fracaso en una hazaña.
El barco fue aplastado por el hielo marino y se hundió en 1915, lo que obligó a Shackleton y sus hombres a emprender una asombrosa huida a pie y en pequeñas embarcaciones. El vídeo de los restos muestra que el Endurance está en un estado extraordinario.
Los restos del Endurance se han encontrado en la Antártida 106 años después de que el histórico barco fuese aplastado por el hielo y se hundiese en una expedición del explorador Ernest Shackleton. Un equipo de aventureros, arqueólogos marinos y técnicos localizaron el pecio en el fondo del mar de Weddell, al este de la península antárctica, usando drones submarinos. Rel. www.meneame.net/story/empieza-busqueda-legendario-navio-shackleton-ant
Sobre las estanterías han quedado las conservas de carne, repollo y los botes de cacao. El frío los ha conservado intactos durante casi cien años. Aquí y allá se amontonan las velas, los botes de harina y las latas de aceite para lámparas. Camino del Polo Sur, las expediciones encabezadas por sir Robert Scott y sir Ernest Shackleton dejaron estas provisiones con la esperanza de regresar algún día. Por circunstancias bien diferentes, ninguno de los dos pudo hacerlo.
"Se buscan hombres. Viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. Regreso con vida dudoso. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. Cuenta la historia que este es el texto del aviso con el cual se convocó a la última gran aventura antártica. Fuera como fuera el anuncio, lo que sí es cierto es que recibió nada menos que alrededor de 5000 solicitudes, pero tan solo 56 formarían parte de las dos tripulaciones que iban a llevar a cabo la misión.
15 de enero en la Antártida. Pleno verano con -42ºC, en las mismas latitudes donde dentro de unos meses esta media bajará a -72ºC. Hoy, una tienda de campaña roja rompe la uniformidad blanca. Dentro duerme un hombre, completamente solo en uno de los puntos más inaccesibles del planeta. Ha venido andando desde el otro extremo del continente. Se llama Henry Worsley.
Cuando el Endurance se quedó atrapado en el hielo a la deriva y empezó a hundirse, el explorador antártico Sir Ernest Shackleton ordenó a sus hombres que abandonaran el barco y solo se llevaran los efectos personales estrictamente necesarios, con un límite de no más de un kilogramo por persona. Sólo hizo una excepción: un banyo Windsor de cinco cuerdas que pertenecía al meteorólogo de la expedición, un joven garboso llamado Leonard Hussey.
"Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo, frío extremo, largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito". Parece que este famoso anuncio para captar tripulantes de Shackleton nunca fue publicado en The Times.
Si estar unas semanas encerrado en casa con toda la artillería de entretenimiento te parece duro imagina lo que soportaron aquellos aventureros que contribuyeron a ampliar los límites del conocimiento. Estos son cuatro casos impactantes de supervivencia en situaciones agónicas, confinamientos durante años y en situaciones extremas.
Las grietas en la plataforma de hielo Brunt indican que pronto se va a desprender un iceberg de aproximadamente el doble de tamaño que la ciudad de Nueva York. Aún no está claro cómo responderá la plataforma de hielo restante después de la ruptura, lo que representa un incierto futuro para la infraestructura científica y la presencia humana en la plataforma que se estableció en 1955, como la Estación Halley del British Antarctic Survey. El borde de la plataforma de hielo Brunt ido evolucionando desde que Ernest Shackleton la inspeccionó en 1915
En febrero de 1915, la expedición por la Antártida liderada por el explorador Ernest Shackleton llegó a su fin al encallar en las aguas heladas del mar de Weddell el navío en el que viajaban, el Endurance. Milagrosamente y gracias a una heroica capacidad de supervivencia, todos los tripulantes regresaron a sus hogares sanos y salvos. Ahora, un siglo más tarde, una expedición internacional cuyo objetivo era encontrar los restos del barco hundido ha sido derrotada por a la misma maldición.
Se buscan hombres para un viaje peligroso. Paga reducida. Frío intenso. Largos meses en la más completa oscuridad. Peligro constante. Es dudoso que puedan regresar a salvo. En caso de éxito, recibirán honores y reconocimiento.
Un "anuncio-experimento" montado en el colegio Brains donde se denigra la verdura cocinandola de la peor forma posible y se ensalza los postres de soja con azucar como una forma divertida y sana de comer vegetales.
El 7 de mayo de 1915 fue el inicio de una historia de supervivencia como ninguna otra. La tripulación del Aurora, uno de los barcos del explorador anglo-irlandés Ernest Shackleton, quedó varada en la Antártica. En el llamado equipo de Mar de Ross viajaba un fotógrafo, quien documentó los primeros días que estuvieron en el estrecho de McMurdo. Pero las penurias que estos hombres pasaron durante los siguientes dos años dejó sus negativos en una cápsula del tiempo hecha hielo, en la que se conservaron por más de cien años.
Shackleton partió hacia su última expedición a la Antártida el 24 de septiembre 1921, pero murió de un ataque al corazón en 1922 - un par de horas después de llegar a Georgia del Sur, a la edad de 47 años.
La Expedición trans-antártica es una de las odiseas humanas más colosales de la historia. El fallido intento de cruzar la Antártida del irreductible Shackleton en 1914 levanta, aún en nuestros días, el más profundo de los respetos y sigue asombrando conforme se indaga en los detalles de su viaje. Un nombre que se conoce mucho menos que el de Frank Hurley, el fotógrafo de aquella expedición. Por primera vez, las frágiles placas de vidrio y negativos han sido utilizadas para digitalizarlas directamente de los originales.
Cuenta Ernest Shackleton que, durante su intrépida epopeya que le llevó a estar 2 años y 22 días perdido en medio de los mares y hielos antárticos (ver La inaudita proeza de Shackleton), cuando estaba cerca de llegar a una estación ballenera de las islas Georgia del Sur y después de 36 horas de caminar con dos compañeros por glaciares en plena tormenta de nieve, medio muertos de frio y hambre, notó cómo había una cuarta persona que les acompañaba a una cierta distancia y que le infundía la seguridad necesaria de seguir adelante.
La NASA anunció ayer que sigue adelante con la financiación para estudiar varios ambiciosos proyectos de investigación espacial, entre ellos uno que transformaría un inhóspito cráter lunar en un hábitat para robots y, finalmente, exploradores humanos. Situado en el polo sur de la luna, el cráter Shackleton no son sólo bienes raíces de primera para experimentos de terraformación...
La fatalidad hizo que el navío Endurance quedara atrapado en el hielo antártico, comenzando así una odisea que duró más de un año. Los 28 expedicionarios tuvieron que sobrevivir meses en la banquisa helada, y luego recorrieron más de 1.000 km en botes. Finalmente, fueron rescatados sin una sola baja. En ese tiempo, la tripulación trató de hacer una vida normal a bordo, llegando incluso a celebrar el solsticio de invierno con una cena el 22 de junio de 1914. La carne de pingüino y de foca fue la base de su dieta durante todo ese tiempo.
Noticias de última hora en español, actualidad nacional, internacional, economía, dinero, política, opinión, deportes, tecnología, cultura, sociedad, y mucho más. Además fotos, videos, infografias, entrevistas y charlas en directo.