Prohibir funciona mejor que concienciar. O así lo cree Félix Ortiz, salado miembro de la administración de Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, que quiere eliminar el cloruro sódico de las cocinas de los restaurantes. Si la propuesta que presentó Ortiz el pasado 5 de marzo prospera, "ningún propietario o administrador de restaurante del Estado podrá usar sal en la preparación de cualquier clase de plato que vaya a ser consumido dentro o fuera del local".Es más, si lo hacen, señala el proyecto de ley A10129,serán castigados con una multa...