Un estudio de 2013 demostró que, a escala mundial, el ganado emite el 14,5% de gases de efecto invernadero, más que todos los automóviles y camiones del mundo juntos. 40% del potencial de calentamiento global del ganado se produce en forma de metano, potente gas de efecto invernadero formado al digerir su dieta fibrosa. Junto a la mejora de prácticas ganaderas y aditivos para piensos, investigan otras posibles soluciones, como ganado de baja producción de metano y modificar microbios que producen el metano en estómagos de animales de pastoreo.