Una italiana recién casada se escapó el día de su boda con el amigo que manejaba el automóvil nupcial, y dejó a su flamante marido y demás invitados esperándola para el banquete. La novia, Sara, de 30 años, empleada en una financiera, fue a cambiarse de vestido para la recepción tras la ceremonia civil, celebrada en el ayuntamiento de Trieste, noroeste de Italia. Visto el retraso de la mujer, todos empezaron a preocuparse y a llamar al teléfono móvil. Pasada una hora y media, Sara respondió: "Sólo ahora comprendo que he cometido un error".