El menú de un día normal consistía en nueve platos rebosantes: cóctel de ostras, sopa de pollo, filete de ternera con champiñones, ensalada de camarones, pargo hervido, pollo asado, cochinillo asado, pudin de frutas con salsa de brandy, un postre (surtido de tartas, quesos y helados) y, para asentar el batiburrillo de alimentos, un café. Al día siguiente, otro menú similar. Así eran los almuerzos en los clubes de gordos. Pesar 90 kilos como mínimo, conocer el apretón de manos secreto, tener la contraseña y pagar un dólar (unos 89 céntimos de eu