Un país dividido cuyo presidente no sólo no lamenta esa división sino que la acentúa; un presidente opuesto a cualquier movimiento pacificador, siempre con una lata de gasolina a mano, a cualquier nivel o a escala global; tensando la cuerda con China, con Europa, con la Organización Mundial de la Salud... con quién sea a escala nacional, tratando como traidores a la mitad de sus compatriotas. Donald Trump es un peligro para su país; Donald Trump es un peligro para el mundo. A Vox le gusta.